martes, 1 de octubre de 2013
Así era la vida
Durante muchos años durmió en un colchón de lana
que en agosto vareaba,
su almohada era de sueños,
y de su camisón el canesú
donde espantar los miedos.
Así era la vida,
una tina con las sábanas que tendía al verde,
ir a por agua a la fuente,
y los domingos a misa, sin falta.
-Un temblor de casa por el barreno de la mina,
con un mohín de susto se santigua-
Las tres y mi padre baja por la caleya,
el plato caliente, el vino fresco,
las zapatillas y un beso en la puerta.
El amor era mi madre, de apellido feliz,
y de nombre, sus hijos, nietos y biznieta.
Era la vida ya tranquila,
todo en su sitio, todo limpio,
el delantal nuevo, la mesa llena.
Todo dispuesto para la muerte.
*
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Era una vida hasta cierto punto tranquila. Hoy el mundo es un gallinero!
ResponderEliminarMuy bonito poema Isabel!
Besos y se feliz!
Cierto, así, tranquila era la vida y llena de amor, Gilberto, gracias por tu paso.
EliminarUn abrazo.
Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh..., este poema tuyo, Mara, me has hecho recordar tiempos pasados de mi infancia, cuando ibamos de vacaciones a mi tierra, Galicia, sábanos tendidas en el césped, salpicándolas de agua de vez en cuando para que no se acolcharan, las comidad familiares, los juegos infantiles, las correrias por el campo...
ResponderEliminarUn abrazo, amiga, y disculpa, me pudo la nostalgia
Gracias, Fina, por la emoción de la nostalgia, volvemos allá donde hemos sido feliz, un abrazo enorme.
EliminarSiempre tienes versos para tus padres en los que evocas momentos que ya no volverán pero que permanecen incólumes en tu memoria. La infancia es tu locus amoenus. Me gustan esas almohadas de sueños.
ResponderEliminarSaludos, Isabel.
La morriña se apodera de mí, Óscar, los echo tanto de menos, siempre...
EliminarEncantada de saludarte, un fuerte abrazo.